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La particular (y musical) gastronomía de MICUE. 

Por Martin Page

En una de las casas más antiguas de Madrid, originaria del siglo XVI y situada en pleno barrio de los Austrias se encuentra el lugar donde podrás disfrutar de la particular experiencia gastronómica de Micue. 

Un cocinero que, con 28 años detrás de los fogones (dos de ellos mano a mano con el gran Juan Mari Arzak), y al que le gusta cocinar de madrugada escuchando a Dylan, Charlie Parker ó Django Reindhart, confiesa seguir pensando ‘’solo en comida’’ mientras su reputación como chef y anfitrión de primera es bien conocida en la capital madrileña.  

Por su salón-comedor suele pasar todo tipo de gente, especialmente relacionada con el mundo del espectáculo y la cultura: músicos, cómicos, actores, etc., que siempre cuentan con el buen trato y la confidencialidad del chef madrileño: «todo lo que sucede en casa, se queda en casa», cuenta el cocinero con una sonrisa en la cara que encierra mil y una anécdotas detrás. 

Y es que Micue te abre literalmente su hogar para que puedas tener una sensación lo más agradable y cercana posible mientras disfrutas de una experiencia gastronómica de alto nivel. El escenario ya de por sí marca la diferencia: una casa tan antigua y rodeada de instrumentos con un enorme y precioso retrato gigante de Bob Dylan, pintado por la artista Linnéa Johansonn, que preside una de las paredes de la estancia junto a dos contrabajos situados en la entrada mientras que un piano de pared y una amplia colección de guitarras acústicas acaban redondeando la estancia. 

Una de las claves de comer o cenar en su casa, es precisamente su ambiente informal y desenfadado, similar al que podrías tener como al de una cena con amigos en una escapada rural. Confiesa que antes de que lleguen los comensales se concentra «como si fuese una final de la Champions. Siempre quiero hacerlo lo mejor posible, más que nada porque me encanta cocinar y tengo mis propios rituales antes de comenzar, esucho unas canciones… toco la guitarra…».  

Restaurante Micue

Un estilo heterodoxo y abierto

El menú degustación habitual que ofrece Micue consta generalmente de 4 platos (3 + postre), acompañado de un buen aperitivo y vino a un precio razonablemente bueno por persona. 

En esta cálida noche de septiembre nos sorprende con un refrescante Salmorejo asado con tartar de bonito y granizado de mango como primer plato. 

Para continuar con un delicioso Pulpo asado con patatas revolconas y salsa ‘pulponesa’ montada con el caldo de la cocción. Seguido de Cordero asado a baja temperatura (66,6 grados) durante 16 horas, acompañado de asadillo de pimientos y cebolleta morada glaseada. 

Y finalmente de postre una riquísima torrija de brioche con dulce de leche y mousse de mascarpone sobre tierra de galletas lotus. 

El resultado no puede ser más excelente y los sabores resuenan junto a los numerosos brindis con vino, pero no todo acaba ahí, la sobremesa también forma parte inherente del menú que ofrece Micue y algunas pueden alargarse hasta altas horas de la madrugada: «depende del ambiente que se haya formado con la gente que haya venido ese día, algunas sobremesas a veces acaban pronto y otras nos ponemos a tocar canciones y directamente no acaban… jaja», recuerda el cocinero y añade «pero sobre todo tengo que decir que han pasado cosas muy increíbles y muy bonitas con algunos invitados. Me siento muy afortunado». 

En definitiva, una experiencia gastronómica altamente recomendable que te no te dejará para nada indiferente.  

Contacto y reservas: Instagram @micuegastrohome 

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