Moha Garehou y la cocina como termómetro vital

Por Diana Hernández

“¿Cómo estás comiendo hoy?” Debería ser una pregunta que nos hiciéramos más a menudo. Para Moha, la manera en que comemos (y cocinamos) dice mucho de cómo estamos por dentro, y no podríamos estar más de acuerdo. Porque cuando uno descuida la cocina —nos cuenta— suele ser señal de que ha empezado a dejarse de lado en muchas otras cosas.

Activista, actor, periodista y escritor, Moha Garehou ha ocupado espacios clave como la presidencia de SOS Racismo para impulsar el movimiento antirracista en España. Le inquieta un fenómeno que crece: el aparente empoderamiento social e institucional para ejercer el racismo. Con esa preocupación como punto de partida, decidió infiltrarse en VOX para desmontar su discurso y, al mismo tiempo, recordarnos que el racismo está profundamente arraigado en lo cotidiano.

Esta experiencia la trasladó al teatro con su obra Infiltrado en VOX, un espectáculo lleno de humor e ironía donde debuta como actor y que, allá donde vaya, es capaz de sacudir conciencias. Pero entre tantas capas políticas y emocionales, en esta ocasión Moha nos abre la puerta de su cocina: un lugar donde se mezclan sus raíces, sus afectos y su forma de cuidarse.

¿Disfrutas cocinando?

Sí, es una de mis actividades favoritas porque me relaja, me hace sentir muy útil. Además, disfruto mucho del proceso, no solo del cocinar en sí, sino de la parte anterior, de ir a hacer la compra, seleccionar los productos, pensar en qué voy a cocinar y luego hacerlo.

¿Qué lugar ocupa la cocina en tu vida?

Ocupa un lugar importante en mi vida. Es verdad que sobre todo le puedo dedicar más tiempo los fines de semana, suelo ser de los que cocinan un montón el domingo y se hace tuppers para la semana, porque voy un poco de aquí para allá. Pero los fines de semana sí que le dedico tiempo y ahí es cuando me gusta ver recetas nuevas o hacer recetas que no suelo hacer. Platos gambianos, así que de vez en cuando me gusta probar cosas, soy de los que de vez en cuando sí hace recetas que se guarda en Instagram.

Un plato estrella que siempre quieres preparar a tus invitados…

Hay varios, uno es obviamente el Maafe, que es el arroz con salsa de cacahuete, plato gambiano o senegalés superfamoso en Madrid, en Lavapiés. Hace poco he aprendido a hacer unos espaguetis con salsa de pistachos y burrata, riquísimos, y que me apetece cocinarlo para mi gente, pero aún no he tenido la oportunidad. También se me da muy bien las tortillas de patata. A veces las hago rellenas, a veces solas, pero siempre con cebolla.

¿Cocinas algún plato que consideres tu comfort food? Uno que te alivie y te haga sentir mejor en cualquier momento…

Creo que es el arroz. Parece una tontería, pero es como el lugar al que siempre acudo, cuando tengo hambre, no tengo ideas o simplemente llega un día que no sé qué quiero cocinar. Siento que el arroz me resuelve bastante, porque a partir de ahí puedo construir varias cosas, le echo verduras, dos huevos fritos y tomate, si tengo pollo pues la acompaño. Me da tanta versatilidad que es como un alimento que me da paz.

¿Cómo influyen tus orígenes en tus hábitos de cocinar actuales?

Mis orígenes influyen mucho. Primero, por el uso de varios productos y especias que en la gastronomía española no se usan tanto, a mí gusta tratar de condimentar bien, desde que el arroz tenga realmente sabor a los diferentes platos y salsas, que el sabor se note.

También en el acto de comer, me gusta mucho invitar a gente a casa a comer, cocinar mucho, incluso en alguna ocasión comer alrededor del mismo plato, algo muy habitual en Gambia, aquí cada uno come en su plato.

¿De qué ingredientes están hechas tus obras?  

Mis obras están hechas principalmente con el antirracismo como base, ese sería mi arroz. Las especias serían las diferentes luchas por la justicia social, que van más allá del antirracismo: el feminismo o la justicia climática, la igualdad de clase y así. Y luego, creo que siempre están aderezadas con humor, con crítica y con generosidad. Así es como construiría mi plato perfecto en las obras.

Muchas veces nos gana la rapidez y conveniencia, ¿encuentras equilibrio para dedicar tiempo a una cocina que realmente disfrutes?

Hay semanas en las que me cuesta encontrar un equilibrio entre la vida y la cocina. He asumido que tengo que cocinar durante el domingo para el resto de la semana, y me funciona muy bien, me da mucha comodidad. Trabajo fuera de casa y me muevo mucho, entonces no tengo mucha alternativa si quiero comer bien, sano, y no gastarme tanto dinero fuera.

Pero los fines de semana sí intento darle su espacio y dedicarle el tiempo necesario. Creo que mis peores épocas de comer han coincidido justo con las épocas en las que más me he dejado a mí personalmente, cuando he dejado de lado mis aficiones, mis gustos, el hacer deporte también. Creo que es un indicador bastante bueno de cómo está mi vida.

Artículos relacionados